viernes, 26 de septiembre de 2008

el baile de las piedras



vigeland park (oslo)


Todo retratado con escrupulosa lealtad. Pareciera que el espectador fuera el invitado de piedra y la piedra invitara al espectador diciéndole: "deja tu sueño de mentiras; ven a disfrutar plenamente de nuestras emociones".

En un imposible de incrementar aún más el delirio de los sentidos, las gotas de lluvia se acercan al lugar para asear sus cuerpos de posibles contaminaciones externas, impregnándolos de una belleza cegadora y consiguiendo lo increíble de provocar que se agiten, liberando sus músculos de su rigidez eterna.

La explosión de risas, llantos, voces, susurros, confesiones, planes y silencios; aturden. Los movimientos, suaves o convulsos; asustan. Las miradas hipnotizan. El baile paraliza.

Cuando algo es infinito descuartiza el tiempo y lo hace desaparecer; y sin tiempo no hay reacción; y sin reacción todo sorprende; y al sorprender revienta el cerebro; y al reventar el cerebro todo es primario, todo son sensaciones.

¿Y qué sucede cuando todo son sensaciones?

Los cuerpos se unen, se acarician, se escrutan, se investigan, se interpretan, se llenan y se vacían, se agarran con fuerza y se escurren entre si, se amoldan, haciendo un solo cuerpo que se siente y asciende alimentado por sus propios sentimientos hasta donde la vista lo pierde.

Y es entonces cuando deseas unirte a él, y con él reír, llorar, gritar, susurrar, confesar, planear, callar, mirar, acariciar, escrutar, investigar, interpretar, llenarte y vaciarte, agarrar, amoldarte y ascender; volar hasta donde la vista se pierde; sintiendo sin tapujos; desnudo, como sus cuerpos.

parawallo
21 de julio de 2008

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