miércoles, 30 de septiembre de 2015

Un instante



Miraba hipnotizado aquellos ojos transparentes como el agua clara, sumido en una paz más allá de la consciencia, una tranquilidad que escapaba de lo racional. Pensando en cómo hacer eterno ese instante lleno de verdad.

Los dos cuerpos que un segundo antes estaban relajados uno junto al otro sobre la cama, se pusieron tensos con el primer contacto de los labios húmedos, saboreándose sin limitaciones. Mordisqueando. Chupando. Lamiendo. Sintiendo.

Gemidos que se van sucediendo con cada roce de la piel.

Miradas furtivas llenas de deseo carnal.

Dedos que estremecen los cuerpos con cada caricia.

Sexos reclamando atención sin ningún pudor.

Cómplices de la excitación y esclavos del placer.

Sin pasado ni futuro.

Presente palpable y real.

Sentir como único objetivo.

Una parte de sus corazones se entregaba con cada movimiento rítmico, empeñado en satisfacer y ser satisfecho.

Reacción química abstracta que hace uno lo que era dos. Conscientes. Absortos. Sorprendidos.

Íntimos.

Tensión extrema previa a la relajación total.

Sacudida y desconcierto.

Sumisión a lo irrefrenable.

Piel.

Mucha piel.

Toda la piel.

Sensaciones olvidadas que renacen caprichosas en la mente sin poderlo evitar.

- ¿Marchas?

Ecos del final de un presente que se torna eterno en el alma cuando ya es pasado.

- Debo.

Pasado que se reivindica en los recuerdos para tornarlo en presente.

- ¿Para siempre?

Recuerdos imborrables que rescatan sonrisas perdidas entre gemidos de placer.

- Es posible.


parawallo
30 de septiembre de 2015